jueves, 16 de septiembre de 2021

 15 DE SEPTIEMBRE DÍA INTERNACIONAL DE LA DEMOCRACIA

Hace 24 años que fue adoptada por la UIP (Unión Interparlamentaria) La DECLARACIÓN UNIVERSAL SOBRE LA DEMOCRACIA, con ocasión de la celebración de la 98º Conferencia interparlamentaria, en El Cairo, entre el 11 -16 de septiembre de 1997. Entre sus principios queremos resaltar algunas de las reflexiones importantes, de carácter universal:

En el punto 1, se hace referencia a que la democracia es un ideal, pero también un objetivo, “...basado en valores comunes compartidos por los pueblos que componen la comunidad mundial, cualesquiera sean las diferencias culturales, políticas, sociales y económicas. Este derecho fundamental  de la ciudadanía debe ejercerse en condiciones de libertad,    igualdad, transparencia   responsabilidad, con el debido respeto a la pluralidad de opiniones  y   en interés de la comunidad”.

En el punto 4  se habla del modo en que  “...tanto hombres como mujeres deben actuar en igualdad  y  complementariedad, obteniendo un enriquecimiento mutuo a partir de sus diferencias”.

En el punto 13  se insta a los Estados “... a garantizar, como función primordial, el goce de los derechos civiles, culturales, económicos, políticos  y  sociales. La democracia va así unida a un gobierno eficaz, honrado  y  transparente, elegido libremente  y   responsable de su gestión”.

 Esta idea fue reforzada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 2007, y   dio lugar  a  la conmemoración del 15 de septiembre como Día internacional de la Democracia. Este día es una oportunidad para recordar que la democracia debe centrarse en las personas, que no hay  democracia sin libertad,  y  tampoco si no se respetan los DDHH  ni el ejercicio del voto, mediante el sufragio universal.

La palabra Democracia procede del griego y significa “poder del pueblo”. Este significado, unido a los tres principios citados que hablan de pluralidad de opiniones, de  interés de la comunidad, de igualdad entre hombres y mujeres y de la obligación del Estado de garantizar todos los derechos de su ciudadanía, es decir, una vida digna que merezca la pena ser vivida, nos muestra el camino que todavía hay que recorrer para vivir en una democracia real.

Nuestras vivencias en la España del siglo XXI son otras. Vivimos en una  democracia parlamentaria formal, pero que en la práctica, evidencia  el aumento de las  desigualdades relacionadas con los vaivenes económicos, el lugar  donde se vive y la familia de origen, que van creciendo de manera exponencial: no es lo mismo nacer en una cuna real que en  tu casa  o en la vecina a la tuya; los sudores de las grandes fortunas por mantener su status y crecer, no son los mismos que los sudores de  las personas que luchan día a día por sobrevivir, con muchas dificultades para conseguir un empleo digno o mantenerlo, si lo tiene.

Nuestra soberanía nacional ha sido secuestrada por los poderes económicos que en realidad, son los que nos gobiernan. Nos proponen bajar el precio de la luz a cambio de bajar o  eliminar los impuestos.  Si eso ocurre, ¿cómo se va a mejorar la sanidad pública y la calidad de la educación pública y todos los servicios de ayuda a la dependencia? Si se privatizan estos servicios no habrá  igualdad; aumentará la pobreza y la miseria, como viene ocurriendo desde que se han privatizado muchos de los servicios públicos. No es democrático que solo tenga los servicios quien se los pueda pagar.

Tampoco es democrático mantener privilegios de una parte de la ciudadanía sobre la otra. Aunque existe, desde el año 2007, una ley de Igualdad entre hombres y mujeres, en realidad sigue habiendo diferencias muy significativas que privilegian a los hombres sobre las mujeres. Estas diferencias se manifiestan en todos los ámbitos de la vida personal y laboral. Las estadísticas nos muestran una mayor precariedad laboral para las mujeres, con unos salarios más bajos y con elevados índices de parcialidad, temporalidad y paro. También son muchas las mujeres que sufren  acoso laboral, violencia de género, falta de derechos para las trabajadoras sexuales, y, en general, falta de tiempos para la  formación, la realización personal y el disfrute  de tiempos de ocio y descanso.

Tampoco es democrático que los cuidados sigan recayendo fundamentalmente sobre las mujeres. Se hace necesaria una apuesta clara de los gobiernos, de las empresas, de los hombres y de la ciudadanía en general, para corresponsabilizarse en todos los trabajos que ayudan a mantener la vida de las personas. Somos interdependientes. La supervivencia y los cuidados de las personas es una responsabilidad que debe ser compartida.

Por eso, es tarea de todos y todas  pensar y trabajar conjuntamente para exigir una sociedad integradora, que atienda a los derechos individuales de cada ciudadano y de cada ciudadana, dentro de una comunidad plenamente democrática, con  derechos y obligaciones, que ponga la vida en el centro de las políticas públicas,  y su faro sea la Declaración Universal de los Derechos Humanos y toda la gama de derechos medioambientales.

Este camino hay que recorrerlo garantizando que toda la ciudadanía tenga sus necesidades básicas cubiertas (la ley social principal que cualquier Estado  debería asumir). Y esto es posible si  se implanta una RENTA BÁSICA UNIVERSAL, INCONDICIONAL (RBUI), que permita salir de la pobreza, incentivar empleos dignos, mayores cuotas de libertad, ir eliminando todo tipo de desigualdades y por lo tanto UNA DEMOCRACIA REAL.

Para quienes no conozcan la RBUI nos referimos a un ingreso pagado por el Estado a todas las personas residentes  en su territorio, de forma individual, independientemente de su forma de convivencia, de su patrimonio y de otras fuentes de renta que se pueda tener. La cuantía de ese ingreso ha de ser suficiente para vivir con dignidad y superar cómo mínimo el índice del umbral  de pobreza definido para nuestro país. Estudios realizados en diversos países, entre ellos España, demuestran que es posible  con una modificación del IRPF (para que paguen más las rentas más altas) y con una mejor gestión en la recaudación de impuestos, evitando la evasión fiscal y la elusión de impuestos.

Actualmente se ha puesto en marcha una “INICIATIVA CIUDADANA EUROPEA POR LA  RENTA BÁSICA UNIVERSAL INCONDICIONAL” (ICE POR LA RBUI) en todos los países europeos. Para que sea admitida la ICE y pueda ser escuchada la representación ciudadana que la presenta y más tarde se pueda debatir  en la Comisión y en el Parlamento de la UE,  hacen falta un millón de firmas, de al menos 7 países de la UE.

Nuestra participación activa en esta campaña ayudará  a visibilizar la voz de la ciudadanía, para conseguir erradicar la pobreza y a consolidar las bases de una mejor democracia. Se puede leer el texto de esta ICE por la RBUI en el siguiente enlace:   https://europa.eu/citizens-initiative/initiatives/details/2020/000003_es

 

ASAMBLEA DE MUJERES DE CÓRDOBA YERBABUENA